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Es indudable la marcada presencia de los medios de comunicación en nuestro país y no sólo en el. Todo estado está fuertemente influenciado por el mass media dominante, el cual se erige como el forjador de miedos, deseos, ideologías, actitudes y valores de la región a su merced, o sea, la más amplia posible. Y me refiero al medio dominante obviando la presencia de otros canales de comunicación, ya sea alternativos o con la tendencia del más fuerte.

Como sabemos, la gran mayoría de "opciones" mediáticas convergen en contados gigantes corporativos, los cuales transmiten una ideología muy marcada y homogeneizante sobre la sociedad en general; todos estamos expuestos a su contenido, sea regular, malo o pésimo, en la sociedad de la información es imposible estar al margen de los mass media.

Es obvio que como toda empresa en competencia o monopolizante, es indispensable para los corporativos mediáticos estar siempre en las preferencias del espectador, haiga sido como haiga sido, esto implica: generar niveles de audiencia elevados, sacarle el mayor jugo a los sponsors, conservar una buena relación con los círculos empresariales y de poder (gobierno), entre otras monadas.

Es obvia la relación íntima entre medios de comunicación y grupos políticos, principalmente con el sector al poder (FECAL y compañía). Cierto, se trata de una relación tormentosa y apasionada pero a fin de cuentas es un lazo inquebrantable y que es vital tanto para el gobierno (buena imagen del sexenio ante la sociedad) y los mass media (permanencia de privilegios y una parte considerable del suculento pastel político). Por alguna razón será que Televisa suele lamerle sutilmente, otras veces descaradamente los zapatos al presidente, mientras que las legislaciones siguen impidiendo la creación de una tercera televisora en el país.

Los medios de comunicación no son nada sin dinero que sustente la transmisión de mensajes, desde programas de televisión hasta correos spam, los medios subsisten con dinero. ¿Entonces cómo le hacemos para mantenernos en el gusto de las masas y con esto en el gusto de los anunciantes? La televisión (principalmente), radio y hasta la prensa transmiten contenidos e ideologías que tienen que lucir atrayentes al público. ¿Qué es lo que vende? Sexo, comida, entretenimiento barato y mayormente soez y/o corriente, el miedo, la incertidumbre, etc, etc. Todo lo vendible suele ser explotado para que tu y yo nos sintamos irresistiblemente atraídos hacia los medios y consumamos, consumamos y consumamos tanta información que a simple vista es tan variada, pero que al gusto sabe a lo mismo, información homogenea y superficial que en lugar de cultivar, enajena y aturde hasta el cansancio, o peor, la hipnosis.

Consumismo es igual a dinero, no para mi o para ti, sino para los corporativos que crecen y crecen y crecen... y vaya que no piensan en dejar de crecer, pero que le vamos a hacer, siendo el hombre presa fácil de la ambición y la avaricia por naturaleza.

Por contraparte, todo lo crítico, feo, antisistémico, crudo, revelador e incómodo se torna fácilmente desdeñable desde el punto de vista ideológico, pero más comercial; ¡esta chicha no vende! ¡no, ni a palos! y para colmo revelar esta información me pone en bronca con uno de mis patrocinadores y con su hermano, el influyente senador; no deja de ser la verdad, pero retoricamente puede ser tan moldeable para sonar agradable y auditivamente sana para nuestros inocentes y cándidos oídos, o simplemente desechada y escondida de la opinión pública. Así se trabaja en los medios masivos, pregúntenle a Carmen Aristegui...

Cómo mencionaba Olallo Rubio, a los círculos de poder no les interesa censurar temas banales y contenidos vulgares y inmorales, sino aquellos mensajes que puedan representar una amenaza para la la estabilidad del poder y la tranquilidad del rebaño apacible, o sea un atentado contra los privilegios de la alta sociedad que suele moverse en aguas muy turbias. Necesitan tener las conciencias dormidas y contentas con la basura que se les proporciona día a día y lo logran de una manera formidable (en algo tenían que ser buenos).

Las dosis de información valiosa y diversidad de opiniones se ve aplastada monstruosamente por el torrente de mensajes alienantes y contradictorios, dignos de cualquier revista mañanera, programa de espectáculos y supuestos análisis noticiosos, quedando relegadas a condiciones incómodas o sin salir a la luz.

Los hilos del país suelen ser llevados de forma oculta por los medios, capaces de destruir ídolos, elevar peleles y retorcer realidades, todo en aras de manternese en el gusto del público, en una posición tan cómoda que por nada del mundo piensan bajarse del trono, y pelearán con uñas y dientes por sujetarnos al televisor, amarrarnos a la radio y seguir bombardeándonos con basura de multicolores y sabor a caca de puerco. Es humano, es natural.

Magistralmente lo remarca el monero Hernández en su parodia gráfica de aquel nefasto anuncio motivacional de Televisa sobre el miedo a la crisis, plagado de estrellas de la talla de Gloria Trevi y Ernesto Laguardia (como siempre... expertos en la materia): MIEDO ES EL QUE LE VA A DAR A TELEVISA EL DÍA QUE TE DECIDAS POR FIN A APAGAR LA TELE...

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